La periodontitis, comúnmente conocida como piorrea, es un proceso inflamatorio que se produce cuando las bacterias que habitan en la boca se depositan sobre la superficie de loas dientes y en el pequeño espacio existente entre los dientes y la encia, provocando a largo plazo la caída de los mismos.
La encía forma parte del sistema de soporte del diente a los maxilares. Si la encía está sana, es decir es de color rosa claro, dura y no sangra, los dientes están firmemente sujetos, lo que garantiza que cumplan correctamente su función masticatoria y aislen al organismo de las agresiones que llegan del medio externo a través de la boca.
Cuando la encía enferma, en un primer momento se torna rojiza y sangra con facilidad. Si avanza la infección esta puede afectar al hueso que soporta los dientes y se destruye hueso y tejidos del mismo se producirá la caída del diente o será necesaria su extracción, por movilidad excesiva, incomodidad masticatoria o infección y dolor.
¿POR QUÉ ENFERMA LA ENCÍA?
La encía enferma cuando las bacterias que habitan en la boca se depositan sobre la superficie de los dientes y en el pequeño espacio existente entre los dientes y la encía.
Si nuestro cepillado es incorrecto veremos nuestras encías enrojecidas y sangrando espontáneamente o al cepillarnos los dientes y notaremos la retracción de las mismas y la mayor sensibilidad al frío, la aparición de pus en la encía y un mal sabor y mal olor de boca.
Los especialistas de Clínica Dental Zainduz recomiendan realizar al menos una visita al año al dentista, ya que un diagnóstico precoz tendrá como consecuencia un tratamiento sencillo.
Las enfermedades periodontales se dividen en gingivitis y periodontitis o piorrea.
La gingivitis es una inflamación de la encía sin destrucción del hueso y por tanto reversible. Se caracteriza por el enrojecimiento hinchazón y sangrado fácil de las encías y es de fácil curación.
La progresión de la enfermedad sin tratar hace que los dientes se vuelvan móviles o sueltos, pudiéndose caer o requerir ser extraídos. Esto se debe a la formación de bolsas al separarse las encías y los dientes. Es entonces cuando hablamos de periodontitis o piorrea.
En sus etapas iniciales el periodontista realizará una limpieza profunda para remover la placa bacteriana y el tejido infectado bajo la línea de la encía a la vez que alisa la superficie de los dientes, todo ello mediante unos instrumentos llamados curetas y fresas peridontales. Esto se llama raspaje o curetaje y alisado radicular y se realizará por cuadrante en sesiones separadas necesitando de anestesia local.
No debemos confundir el raspaje con la limpieza bucal, que se realiza mediante la aplicación de una pasta y con la ayuda de un cepillo y que sirve para quitar las manchas que puedan aparecer en los dientes y el sarro y que no necesita de anestesia al tratarse de un tratamiento más sencillo.
También debemos diferenciar el término detartraje que se realiza con un aparato de ultrasonido con el fin de levantar el sarro pegado al diente por fuera de la encía, necesitando anestesia local en ciertas ocasiones o en ciertos pacientes.
En casos más avanzados, cuando los tejidos que soportan los dientes están severamente destruidos, puede ser necesario recurrir a procedimientos quirúrgicos (cirugia peridontal).